Hace un año se abatió sobre Madrid y otras comunidades autónomas una célebre borrasca llamada Filomena que no solo trajo nieve sino también una serie de atropellos laborales en el sector del telemarketing, principalmente en las campañas donde no se había proporcionado teletrabajo voluntario a los trabajadores/as con motivo de la pandemia, como por ejemplo las del cliente BBVA.
Transcom es uno de los proveedores de BBVA y, en vista de la quiebra productiva que la borrasca iba a generar a sus insaciables arcas, optó por lo más habitual en estas empresas desalmadas e insaciables: hacer pagar todo el coste de la crisis a sus trabajadores/as, obligándoles a recuperar las horas no trabajadas por haber tenido que abandonar los centros de trabajo o no haber podido ir a trabajar, e incluso imponiendo condiciones leoninas para evitar esos descuentos, que además sobrepasaban lo mínimamente razonable.
Pues bien, cuando se cumple un año justo de aquella crisis, tras la pertinente denuncia de CGT nos ha llegado la buena noticia de que la Inspección de Trabajo va a obligar a Transcom a reembolsar 46 descuentos indebidos practicados con motivo de Filomena. Pensamos que es un acto de justicia y vamos a exigir que esa resolución se cumpla hasta las últimas consecuencias, para lo que haremos el debido seguimiento y si Transcom desobedece a la Inspección tomaremos las medidas oportunas.
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