Nunca un titular ha descrito tan bien una situación. Con el pacto de las pensiones nos la han clavado y doblada. Y lo han hecho con la ayuda, colaboración y complicidad e CCOO-UGT. Hace solo unos meses estos sindicatos nos dijeron que no había crisis y que la reforma laboral era por tanto innecesaria. Ahora, nos dicen que si hay crisis y que es imprescindible reformar las pensiones. Mienten y lo peor de todo es que lo hacen a sabiendas del grave perjuicio que están ocasionando a todos los ciudadanos.
No hay ni una sola ventaja en este pacto, ningún trabajador o futuro trabajador sale beneficiado de este acuerdo. Los actuales pensionistas ven congeladas sus pensiones, con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo. Para los futuros pensionistas el panorama es aún mucho más oscuro, casi negro. Se retrasa la edad de jubilación a los 67 años, salvo que se tengan cotizados 38,5 años. Para entendernos, para poder cobrar el 100% y jubilarnos como hasta ahora a los 65 años habrá que haber empezado a trabajar con 26 añitos y sin estar ni un solo día en el paro. Y todos sabemos que eso es sencillamente IMPOSIBLE.
Trasladado a nuestro sector, no es muy descabellado afirmar que únicamente podrán jubilarse con 65 años y el 100% de su pensión los jefazos, nosotros los curritos de a pie: cero patatero. Todos con 67 años y ya veremos qué porcentaje de pensión nos queda. Y esa es otra, para calcular cual será el importe de nuestra pensión se amplía el periodo de años de 15 a 25, lo que supone una pérdida en los importes a percibir de hasta un 20%, y no lo decimos nosotros, lo han dicho CCOO-UGT, claro que lo dijeron antes de firmar el acuerdo, cuando querían que hiciésemos la huelga general. Es el momento de decir a estos sindicatos que ya está bien de utilizarnos, de usarnos como marionetas. No somos objetos de usar y tirar, somos personas y trabajadores y solo esperamos de ellos que defiendan nuestros intereses, no que nos traicionen a las primeras de cambio.
Es el momento de exigir a los delegados de esos sindicatos en nuestras empresas que den la cara y nos expliquen por qué sus cúpulas han firmado este acuerdo y cuál es su postura al respecto. Si no lo hacen, o si el acuerdo les parece bueno, es buen momento para que dejen de ser nuestros representantes.