A pesar de la abusiva interpretación que se está haciendo del concepto de “responsabilidad ante la crisis”, CGT sigue defendiendo que la clase trabajadora es la que sostiene la economía y procura beneficios millonarios a las empresas de telemarketing y, por tanto, defiende la abolición de absurdos privilegios y diferencias entre trabajador@s de la misma empresa y la misma campaña (BBVA). No es concebible que quien es gestor/a en Madrid sea teleoperador/a en Sevilla. ¿Qué pasa? ¿Qué Transcom está reinventando el tradicional centralismo hispánico? ¿O que quieren que nuestr@s compañer@s de Sevilla sigan siendo un@s parias y sigamos peleándonos por las migajas de su abultada cuenta de resultados?