Ayer, Atento ha comunicado que pretende machacar a 646 compañerxs quitando pluses, conciliación y derechos y moverá dentro de bandas a 264, en total 910 trabajadorxs de las plataformas de Sevilla, A Coruña, Valen-cia, León, Lleida, Madrid, Bilbao, Toledo, Córdoba, Jaén y Barcelona.
En esta modificación aluden de nuevo al horario comercial de Telefónica y a causas “organizativas y de producción", además incluyen a más compañeras que en el primer intento de octubre de 2016, el cual tumbamos. La finalidad de esta brutalidad es generar el pánico y que éste nos lleve a la parálisis, o aún peor, a la resignación.
Si la estrategia de la empresa es: "cuando yo pierdo una, a la siguiente ataco más fuerte", entonces nuestra postura será: "cuando gana-mos una, con la siguiente ganaremos el doble".
En esta negociación nos estamos jugando el futuro de las próximas que se vayan a dar en la empresa porque ésta ya está definiendo el camino.
Por otro lado comentar que la posición de CCOO-UGT-USO no ayuda a combatir el miedo que quieren imponernos. Tenían constancia, según sus propios comunicados, de que iba a afectar a más compañerxs y no han movido ni un dedo. La CGT ante la previsión de todo ello ha convocado jornadas de paros y huelgas de 24 horas. En nuestra mediación previa. ni CCOO, ni UGT, ni USO se han adherido a estas jornadas de lucha. Lo que nos gustaría saber es cómo pretenden revertir una agresión de estas dimensiones o acaso, ¿sólo se conforman con que parezca que es nuestra la culpa?. Les recordamos que aceptar el "mal menor" no es un método de movilización y lucha.
Nuestra actitud es igual de clara y coherente que en el anterior periodo, negociar con la empresa para que no perdamos derechos y condiciones laborales.
En la MSCT de octubre Atento consiguió deshacerse de 155 compañerxs. Como hemos venido señalando, esta modificación y la anterior tienen mucho de ERE encubierto, y no vamos a avalar las causas para que sigan precarizando aún más nuestras vidas.
La CGT siempre va a negociar y a hacer propuestas, a intentar por todos los medios posibles llegar a un acuerdo. Partiendo de no empeorar, aún más, nuestras condiciones laborales. Cuando se llega a un acuerdo se cierra la puerta a las demandas individuales y colectivas y se avalan las causas (no solo las que dicen "organizativas y productivas", sino las que no dicen "ERE encubierto"). Por eso NO VALE CUALQUIER ACUERDO.