Las empresas del Contact Center tropiezan una y otra vez en la misma piedra. En este sentido, Sitel Ibérica Teleservices es una de las empresas más contumaces y “creativas” del sector. En su codicia empresarial, los responsables de RRHH de esta multinacional impusieron el 26 de mayo de 2017 cambios de turno continuo de 10 a 18 h. a turno partido a 91 trabajadorxs de Madrid, Sevilla y Barcelona creyendo, o al menos alegando ante el juzgado, que el hecho de figurar en los contratos de esxs trabajadorxs esa potestad empresarial les habilitaba para infligir semejante varapalo a la conciliación de su vida personal y laboral y tal vez forzar su salida de la empresa sin el “incómodo” trámite de un despido colectivo.
Pero es que no solo querían evitar el trámite del despido colectivo, sino incluso el de la modificación sustancial de las condiciones de trabajo, que obliga a un período de consultas de 15 días con los representantes de lxs trabajadorxs para llevar a cabo de este tipo de modificaciones horarias y de turno en caso de afectar a un mínimo de 30 trabajadorxs; es decir, a una negociación y no a una imposición unilateral.
Ante esta medida el sindicato CCOO interpuso una demanda de impugnación de la medida, a la que se adhirió CGT, solicitando su nulidad; es decir, que por no haberse respetado ese período de consultas la medida se declarase nula y lxs trabajadorxs volviesen a su situación anterior.
El pasado 29 de septiembre la Audiencia Nacional, pese a los argumentos de Sitel, tan inconsistentes como ya invalidados por anteriores sentencias judiciales, como la presencia en contrato de esa potestad de la empresa o la existencia de los turnos partidos y las correspondientes bandas horarias en el Convenio de Contact Center, ha dictado la nulidad de la medida obligando a Sitel a reponer a lxs trabajadorxs en sus condiciones anteriores, de lo que no podemos por supuesto sino alegrarnos.
En cuanto a esperar que Sitel o cualquier otra empresa del sector escarmiente y no vuelva a cometer estas tropelías sentimos no poder ser tan optimistas, porque estas factorías de explotación laboral no se cansan de tropezar una y otra vez en la misma piedra…