El lunes 27 de septiembre de 2021 se ha celebrado la primera reunión de Convenio tras el larguísimo y artificioso parón veraniego, y lo cierto es que nos hemos encontrado una patronal idéntica a la de siempre. Han vuelto a acudir a la mesa sin hacer los deberes. Hoy se trataba un capítulo tan importante como la Igualdad, y la patronal ha comparecido con cero propuestas debajo del brazo. Según ha manifestado su portavoz, "los temas de Igualdad se han convertido en un problema para las empresas, todo se ha convertido en algo muy técnico y muy rígido y por eso es muy difícil avanzar en la materia".
Excusas baratas.
Lo que no ha dicho es que desde 2007 es obligatorio para las empresas del sector el tener un Plan de Igualdad y que cerca de la mitad de las que pertenecen a la patronal aún no han cumplido con este requisito. Tampoco han reconocido que son cientos las trabajadoras que han tenido que acudir a los juzgados para hacer valer sus derechos de conciliación. Tampoco han querido reconocer que ha habido empresas como Unísono que han sido condenadas por el Tribunal Supremo por negociar su Plan de Igualdad de mala fe, o que también ha sido condenada la propia Majorel, que ostenta la presidencia de la Asociación Patronal, por no reconocer a los y las trabajadoras con contrato de puesta a disposición (ETT's) los mismos derechos en materia de Igualdad que el resto de la plantilla.
Eso no son dificultades técnicas. Eso es que las empresas del Contact Center son una verdadera vergüenza.
En vez de reconocer todo eso, se han limitado a sentarse en la mesa y a decir que su único propósito para el siguiente convenio es "ceñirse al cumplimiento de la ley", pero ni siquiera para eso tienen credibilidad. No la tienen porque no entienden que la igualdad efectiva es un fin que también deberían de perseguir las empresas, que no es algo que sea cosa únicamente de los sindicatos. Porque durante estos 14 años han dejado todo el peso y todo el empuje a la representación sindical que, en la mayoría de los casos, se ha estallado una y otra vez contra un muro.
CGT sí que ha hecho sus deberes. Antes de la entrada en vigor de los nuevos reales decretos (901/2020 y 902/2020) CGT ya planteaba que era necesario introducir en el convenio una serie de cuestiones mínimas que garantizasen un punto de partida para los planes de igualdad en las empresas. Al modificarse la normativa de aplicación, CGT ha estudiado y analizado los cambios para hacer más útil su propuesta y para conseguir que uno de los temas fundamentales de nuestro sector, como es el de la Igualdad, no quede aparcado en dos horas de reunión sin intención ninguna de negociación por parte de la patronal.
En resumidas cuentas: un nuevo episodio bochornoso protagonizado por una patronal anticuada, atropellada por los acontecimientos, que vive a remolque de una sociedad mucho más avanzada, no solo en materia de igualdad, sino en materia de contratación (hay que recordar el durísimo varapalo que acaban de llevarse los contratos de obra y servicio en nuestro sector) o en materia salarial (con la subida del SMI estamos a punto de tener un convenio totalmente intrascendente en materia salarial, ya que solo estamos unos pocos euros por encima del SMI y con cada vez menos jornadas completas y más contratos a través de ETT).