Qué pesadilla si, presuntamente, la mujer detenida no fuera operadora, si no coordinadora, o jefe de equipo, o jefe de ventas, que cualquiera de estos tres nombres vale.
Qué pesadilla si, presuntamente, hubiera utilizado las claves de operadoras para hacer el supuesto fraude. Operadoras que ahora mismo lo estarían pasando fatal, que ahora estarían más vigiladas que nunca (y ya es decir) y a las que el estrés se les saldría por la orejas. Las mismas que temerían por el futuro de su departamento en la Empresa y, por tanto, de su puesto de trabajo.
Qué pesadilla si la pesadilla fuera presuntamente cierta, quedaría claro que no serían operadoras las que ascendieron a esta mujer, la confirmaron en su puesto de trabajo y alabaron su «buen hacer», este honor se debería a los Supervisores, Responsables del servicio y Gestores. Estos, que no operadora alguna, serían los responsables de lo presuntamente ocurrido.
Afortunadamente el BBVA puso en conocimiento de la policía el presunto fraude, porque si la pesadilla hubiera ocurrido aquí todos sabemos cómo las gasta Eurocén cuando ellos hacen la investigación. Si las claves eran de operadoras, como las claves son superintransferibles, como las claves son super seguras, operadora a la calle. Pero si son tan secretas que ni la CIA puede averiguarlas… ¿Cómo se hizo con ellas? ¿Acaso no es todo tan infalible como siempre dicen que es? Esperamos que el tono cínico haya llegado a todo el mundo, pues algun operador hay despedido cuando con su clave se enviaron móviles, fuera de su horario de trabajo e incluso estando de vacaciones. Así es Eurocen, y así se lo hemos contado. Próximamente en diarios. Que cualquier día salimos en el programa de Ana Rosa.