PANDEMIA POR EL CORONAVIRUS
Es una puñetera vergüenza. Cuando la noche del sábado 14 de marzo el Real Decreto del Estado de Alarma no impuso ninguna restricción en nuestros centros de trabajo, las teleoperadoras y los teleoperadores sentimos como nos obligaban a ir trabajar con un riesgo inasumible por un trabajo que no es esencial ni vital para la ciudadanía.
Sabemos que en nuestros centros de trabajo las personas se sitúan a menor distancia que la recomendada por el Ministerio de Sanidad, y las aglomeraciones nos exponen a contagios masivos. En muchos centros de trabajo de Madrid, donde ha comenzado a extenderse la pandemia, ya hay varios positivos, y las personas en cuarentena se multiplican.
No es de recibo la mayor parte de trabajos que nos quieren hacer realizar. Ni es momento de hacer gestiones para empresas telefónicas, ni bancarias, ni aseguradoras, que no son de primera necesidad, ni es vital hacer portabilidades, ni vender cualquier producto. No es el momento de exponernos atendiendo llamadas que solo son esenciales para la cuenta de resultados de la multinacional de turno. Quien trabaja en este sector lo sabe.
CGT cumpliendo sus obligaciones, no ha parado ni va a parar, y tras el fracaso de las medidas del gobierno, se está dirigiendo a la prensa, a los servicios de prevención de nuestras empresas (que tienen la obligación legal de protegernos) y a la Inspección de Trabajo para que, al amparo de las atribuciones que establece la ley, paralicen de inmediato la actividad.
Nos produce asco que a nuestros clientes les preocupe más la Protección de Datos que la salud de las personas que trabajan en este sector. Si quieren que trabajemos que nos permitan teletrabajar, proporcionando los medios para ello. Y si no tienen medios, si son incapaces, que tengan claro que con nuestra vida y la de nuestro entorno no se juega.
Grandes Empresas como el Banco Santander, BBVA, Telefónica, Vodafone, Más Móvil, Orange, Bankinter, Sabadell, Caixa Bank, Leroy Merlin, Mafre, Mutua Madrileña, Naturgy, Iberdrola, Endesa, entre otras, ofrecen teletrabajo y permisos retribuidos a sus propios empleados y empleadas, pero prohíben a las subcontratas de telemarketing dejar de prestar servicio temporalmente. La codicia de estas multinacionales es de juzgado de guardia y allí vamos a terminar como la gente tenga daños en la salud por su culpa.
Es de agradecer la ola de solidaridad con el telemarketing que ha estallado este fin de semana en las redes sociales, y nos llena de fuerza para luchar junto a nuestras compañeras y compañeros. El telemarketing esta unido y no va a permitir que este trabajo precario provoque ni una sola muerte por la ineptitud del gobierno, de las empresas, de sus clientes y de los políticos que, de momento, no paralizan la actividad de nuestro sector.
CGT va a proponer a todos los sindicatos de todos los centros de trabajo que hagamos escritos conjuntos pidiendo a la empresa la paralización de la actividad en los centros masificados. No tenemos nada en contra del teletrabajo, siempre que nos de los medios y la seguridad que necesitamos. Esperemos que todas estemos a la altura. Seguiremos informando