Desde hace casi un año, nuestra empresa GSS ha ido perdiendo una gran parte de los pleitos en los que se ha visto envuelta por incumplir el convenio del sector o el Estatuto de los Trabajadores. Denunciada ya no sólo por las secciones sindicales sino por los mismos trabajadores a los que trata de despedir por la puerta de atrás.
A pesar del endurecimiento de las leyes por parte de este gobierno neoliberal, (por mucho que en sus siglas aparezcan las palabras socialista y obrero), GSS ha mostrado que quiere ir mucho más allá, en sintonía con la rastrera patronal de este país, e imponer una realidad contraria a los más elementales derechos de los trabajadores. Ya no se buscan recovecos legales para defender decisiones empresariales, sino simplemente se falsean leyes y normas, se urden interpretaciones retorcidas del derecho o se disfrazan sentencias. Luego, ante un juzgado, la quimera se desmorona y acaban con el rabo entre las patas.
En “El Grito” ya nos hemos hecho hueco de esta realidad y os aseguramos que las cosas van a continuar en la misma línea, pues en la dirección de esta empresa se han acomodado personas que mezclan enredo, soberbia e ineptitud. Modificar las condiciones de trabajo de los compañeros de forma arbitraria, sin preavisos de veinte días, como marca el estatuto, es una práctica habitual de GSS cuando quiere deshacerse de personal a coste de saldo.
Esto es lo que les ocurrió a tres trabajadoras de GSS Line Madrid que trabajaban para la campaña de “Gestores Personales de Unoe”. GSS quiso obligar a nuestras compañeras de un día para otro a cambiar su turno continuo de Lunes a Viernes a uno partido, con dos horas de descanso entre medias. Naturalmente, si las compañeras no pudiesen aceptar estas condiciones leoninas, la empresa se reservaba el derecho de despedirlas sin reconocerles la indemnización de 20 días por año trabajo, que es lo que marca la legislación para estos casos.
Acompañadas y asesoradas del principio al final por sus compañeros de la sección sindical de CGT estas trabajadoras han demandado a GSS ante los tribunales y el juez, como no podía ser de otro modo, les ha dado la razón. Las sentencia de una de las gestoras (Laura López) fue ejemplerizante y demostró que ese derecho se lo habían saltado a la torera
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Con Juana Gómez la empresa tuvo que pagar mas en las puertas del juicio porque con el antecedente de Laura se arriesgaban a que encima de indemnizar a la trabajadora el juez les multase por mala fe.
Es muy importante que si a alguno de vosotros le sucede algo parecido denuncie sin miedo. El derecho al que aludimos está recogido en el artículo 41.2 del Estatuto de los Trabajadores. No os pueden cambiar vuestros horarios y turnos de forma arbitraria, como les de la gana. Los delegados sindicales, en muchas ocasiones, nos vemos limitados a denunciar estos abusos en Inspección de Trabajo, dado que los compañeros afectados no se atreven a demandar. Pero recordad que un inspector no puede obligar a una empresa, sólo requiere y sanciona, la sentencia de un juez sí.