
En la sede de Lleida de la multinacional Atento, el delegado y compañero Abel, realizando labor sindical, pegó a las puertas de la citada empresa cartelería con motivo del 1 de mayo, cuestión más que habitual en todas las empresas, pero Atento como siempre, haciendo gala de su represión sindical, ha procedido a sancionarlo con una falta muy grave. Esto conlleva 40 días de empleo y sueldo de un teleoperador, como si pudiéramos permitirnos el lujo de casi un mes y medio sin cobrar, como nos pagan tan bien… Esto es algo totalmente desmedido en relación al acto llevado a cabo por el compañero. El motivo que alega la empresa, aunque parezca increíble, es «causar desperfectos en instalaciones y edificios de la empresa» causando un perjuicio a la imagen de la empresa.
Nos preguntamos si es mejor la imagen que transmiten tomando medidas desproporcionadas de este tipo para disuadirnos de luchar por las personas trabajadoras, y es que con esto parece que Atento tiene gran preocupación por su imagen, pero solo a ratos, ya que le da igual la imagen de precariedad y hostigamiento a la que nos someten diariamente con unas condiciones lamentables para trabajar. El mensaje que lanzan es claro «no quiero delegados/as que no pasan por mi aro» y en su demostración de fuerza aplican una sanción desproporcionada para que estemos calladitos/as para la próxima, pues no les va a salir bien, ya que la CGT no va a parar ni dejar de pelear por los derechos de las personas trabajadoras. Por ello, les instamos a retirar la sanción, ya que de no ser así, nos encontrarán en frente, respaldando a nuestros/as compañeros/as.
Desde la CGT se ha organizado una concentración frente al ICAM de Lleida el martes 20, el día de la visita de Abel, en señal de protesta y respaldo al compañero. Hacemos un llamamiento a todos las personas trabajadoras a unirse a esta lucha contra la represión sindical y los atropellos a nuestra salud laboral. No aceptaremos sus ataques sin responder enérgicamente. Si creen que pueden quebrar nuestra unidad, están tremendamente equivocados/as.
Abel somos todos/as.