El 8 de marzo, celebramos el día de la mujer. Desde las instituciones también. Estas instituciones, que a lo largo de los últimos años promulgan leyes y organizan actos a favor de la igualdad de la mujer. Actos que resultan hipócritas, electoralistas, vacíos y contradictorios que poco hacen en realidad por tratar de mejorar nuestra consecución de la igualdad.
Intentan que les demos nuestro voto con actos a su parecer, políticamente correctos, que solo enmascaran una realidad feminicida.
Los medios de comunicación intentan que aceptemos sin resistencia su código patriarcal y no seamos plenamente conscientes de que no existen reformas reales sino demagogia trasnochada.
Las mujeres continuamos teniendo doble jornada laboral, tenemos limitada la posibilidad de acceder a puestos de trabajo mejor remunerados, sufrimos mayor precariedad laboral, somos víctimas del terrorismo machista, continuamos realizando los trabajos necesarios para el mantenimiento de la vida, entre otras desigualdades.
Desde CGT MANIFESTAMOS NUESTRA ABSOLUTA RESISTENCIA a este sistema patriarcal y hacemos un llamamiento a toda la juventud para que, junto con las que llevamos años luchando, griten y se rebelen, rechazando el aberrante sistema patriarcal que no cesa en su empeño de mermar la capacidad de las mujeres como seres pensantes. Con el convencimiento de que la lucha es siempre posible, que nos sirva de ejemplo que hasta en las sociedades más machistas como la mejicana, hay mujeres zapatistas o indígenas que, organizándose, han llegado incluso a la elaboración de una Constitución de las Mujeres. Mujeres de Atenco, también en México, que luchan contra la agresión sexual como forma de represión política. Y recordemos también a las Mujeres del Shari Rosa en la India, que luchan contra la violencia machista en el hogar, reuniéndose en grupos y marchando todas juntas durante kilómetros hasta la casa de la agredida, Mujeres Creando, en Bolivia o Amazonas, en Argentina, que a través de pintadas, documentales, acciones en la calle, artículos en prensa o declaraciones en la radio expresan su rechazo a seguir siendo excluidas y maltratadas, al margen de las instituciones y a través de la acción directa
La mayoría de estas luchas se llevan a cabo en unas condiciones en las que la subsistencia sería lo prioritario, y sin embargo vemos que para ellas la dignidad de la mujer es equiparable a la del alimento diario.
Desde aquí por tanto, queremos reconocer su resistencia, ya que la lucha de la mujer es una, aquí y allá: la de parir un mundo nuevo donde las relaciones de las personas están basadas en la igualdad.
En Europa, la Europa del capital, de la que nuestro estado ocupa la presidencia este semestre, tenemos una imagen mucho más “adelantada” en cuanto a derechos laborales y cívicos: derecho al voto, derecho a un trabajo digno, leyes que nos amparan…. y a pesar de todo, vemos que aunque la distancia que nos separaba de los hombres es algo menor, ésta sigue estando presente en casi todos los ámbitos de nuestras vidas: salarios menores, doble jornada laboral, dificultad para acceder a puestos de mayor responsabilidad, los cuidados siguen siendo responsabilidad nuestra, trabajos precarios….
Este mundo que siempre han dominado los hombres sigue conservando la imagen que han impreso en él. No podemos perder de vista estos hechos que hacen tan compleja la cuestión del trabajo femenino… la mayoría de las mujeres que trabajan no PUEDEN EVADIRSE DE LA NORMATIVA QUE PROCLAMA EL SISTEMA FEMENINO TRADICIONAL ya que no recibimos de la sociedad ni de nuestros compañeros la ayuda que nos resultaría necesaria para convertirnos concretamente en IGUALES A LOS HOMBRES.
Solo las que resisten pueden dar cierto sentido a las labores cotidianas aun privadas de descanso, herederas de una tradición de sumisión.
Lamentablemente en el mercado laboral muchas mujeres continúan sufriendo vejaciones, viéndose obligadas de forma natural a usar “su encanto” (acoso laboral) ya que sus salarios son mínimos exigiéndo de ella algo más que su currículum o forma de trabajo.
La mujer que se libera económicamente del hombre NO ESTÁ POR ELLO EN UNA SITUACIÓN MORAL, SOCIAL, PSICOLÓGICA IDÉNTICA A ÉL. La forma en que nos implicamos en nuestras profesiones depende de un contexto global que desafortunadamente no nos ayuda.
DESDE CGT, NOSOTRAS, TODAS, QUEREMOS PARIR UN MUNDO NUEVO DONDE HAYA IGUALDAD REAL Y QUE NO SEAN SOLO LAS LEYES LAS QUE INTERPRETEN SIN DIFERENCIA DE GÉNEROS, RAZAS O ESTATUS SOCIAL, SINO TODOS Y TODAS CON EL CONVENCIMIENTO DE QUE ES POSIBLE.»»